diumenge, 17 de maig del 2020


Capitulo cincuenta y cuatro de:
Un pensionista autocaravanista confinado en casa.
Viaje a Noruega con la nieta y su perrita Nuca, 2018. Hoy Reine, Lofoten. Noruega.

En el capitulo anterior hicimos la primera noche en las Islas Lofoten a las tantas de la madruga ya que lleguemos con el último ferri des de Bodo, y queríamos recorrer las Islas sin dejarnos ningún rincón para explorar, y así lo hicimos, al desembarcar de Moskenes nos dirigimos hacia la punta donde la carretera ya no continua que es el pueblo de Ä, el pueblo con el nombre más corto del Mundo.

En este lugar no es que haya nada especial que destacar, pero lo que si tenemos que decir es que todas estas Islas son especiales por sus paisajes sacados de unos espacios lunares o quizá lleno de cráteres que hacen de esta parte de Noruega un atractivo especial.

Tal como decíamos al final de esta carretera trasversal encontrareis un gran parquin donde hay una tienda de suvenir y una cafetería pero siempre está lleno de autobuses de excursiones organizadas y de coches, pero aquí tenemos que dar la vuelta y iniciando el camino hacia el Norte y explorando.

La carretera E 10 es la columna principal que atraviesa todas estas Islas enlazadas entre sí, pero después tenemos las carreteras hacia la derecha y/o izquierda que son las que me faltaban descubrir en el primer viaje que bajaba de Nordkapp.

La primera parada obligada era el pueblo de Reine, este lugar es uno de los pueblos con más renombre de las Islas, y no sé porque, ya que todo en las Lofoten es precioso y por aquellos que pueden subir por lugares de altura más todavía, ya que las vistas desde arriba de cualquier montaña tienen que ser lo más.

En el parquin de Reine tenemos servicios de aguas gratuitos no pongo coordenadas ya que no tiene perdida, también es un muy buen lugar para pasar el día paseando y descubriendo los secaderos de cabezas de bacalao, las cuales las descubres en seguida solo con seguir el olor que desprenden, las casas del color de este País i sus embarcaderos todo de madera hace que todo en un conjunto sea un espectáculo visual.  
Quizá mi visión de Noruega no sea muy imparcial por el amor que le proceso, pero es que no hay para menos, y por lo que detecto en las redes mi pasión es muy compartida, tanto por aquellos que la han visitada, los cuales quieren volver, y por aquellos que no han ido también, les embarga la necesidad de descubrir por si solos, todo aquello que describimos con tanto fervor los que hemos estado allí, me refiero al mundo autocaravanista.

Mañana continuaremos explicando la visita por las Lofoten ya que solamente no hemos ni empezado. Pero esto será otro día, pera otra historia.

Jordi Coch. 17-05-2020. Vilanova i la Geltrú.












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