dimecres, 6 de maig del 2020


Capitulo cuarenta y tres de:
Un pensionista autocaravanista confinado en casa.
Preludio del segundo viaje a Noruega, 2018.

En el capitulo anterior lo determine como un paréntesis de la explicación entre un viaje y el otro pero es que después de veinte cuatro horas todavía no tengo claro de cuál será el próximo relato de un viaje que no sea una salida de un puente o de un fin de semana. Podría relatar algunos de los viajes a Francia, o el de Alemania, uno de los primeros que hicimos fuera de España con nuestra Camper, también los dos de Portugal, o porque no uno de los dos viajes a Noruega.

El primero que hice a Noruega fue con otro matrimonio y dos AC nuestra Camper de 6 metros y una la del otro matrimonio una Rápido de 7,30 metros recién estrenada nos propusimos llegar a la meta deseada por todo autocaravanista y es ver el Sol de media noche en Nordkapp. La segunda vez que visite este maravilloso País fue por un motivo buscado como excusa para poder volver a Noruega y es que prometí a la nieta en su último curso de que si aprobaba todas las asignaturas iríamos un Viaje a Noruega.

Todo salió redondo, mi compañera de fatigas y de la vida no protesto, ya que era una promesa hecha a la nieta como premio a lo estudiado y por no repetir ninguna materia, así que yo me salí con la mía. Mi única intención en el segundo viaje para regresar a Noruega con la nieta fue, por querer visitar más detenidamente la Islas Lofoten, y no subir más hacia el Norte del País.

La promesa como tal fue al final del curso del 2018, y la empecé a amasar en la comida familiar de la Navidad y fin de año del 2017, donde se piden los deseos para el Año Nuevo, algunos piden dejar de fumar, (yo no fumo), adelgazar, (yo no adelgazo nunca)  ir al gimnasio, (yo hago deporte al aire libre, visitando pueblos y montañas) así que mi deseo y con la complicidad de la propia nieta ya casi mayor de edad fue también todo rodado.

En aquel momento de la promesa que hice en la mesa quizá la mayoría de la familia pensaría que no se realizaría ya que el primer viaje con los amigos lo hicimos el verano del 2016, relativamente aun fresco, pero es que yo iría cada año a Noruega si no estuviera tan lejos. Bueno, me pongo a preparar todo para salir hacia Noruega después del curso escolar que termina a finales de Junio, ósea por San Juan, decir que este segundo viaje a Escandinavia me costó poco tener todo preparado, ya que tengo en muy buen recaudo toda la información del primero, así que solo necesitaba mirar tarjetas sanitarias al día, lo demás estaba todo apunto, lo que más nos costo fue la documentación completa de la perrita Nuca, que tuvimos que hacerle el pasaporte, vacunas, certificado de  desparasitación, et.

Mientras los días pasaban mi pareja veía que aquella promesa iba en serio y se puso las pilas para no quedarse atrás con sus preparativos, por lo que me concierna mis obligaciones el mes antes de la salida hacia Noruega lleve la Camper a la revisión anual que le hago para empezar la temporada de viajes sin problema, eso se lo hago cada año, le toque o no.

Llego el día de partida, 26-06-2018, y después de la fiesta en el instituto con todos/as adolescentes no pasaron ni cuatro días que llenemos la furgo de ropa, el gas, comida, embutidos embasados al vacio para cuando hiciera falta, la cama de la perrita,  su comida y sus chuches, tarjetas a tope, con pocas coronas al cambio, ya que en el primer viaje devolví las divisas casi todas, y nos pusimos en marcha dirección a Francia.

Pero esto es el aperitivo del inicio del segundo viaje a Noruega con una adolescente y su perrita Nuca, pero esto es otra historia para otro día. Cuidémonos.
Jordi Coch. 06-05-2020. Vilanova i la Geltrú.








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