divendres, 22 de maig del 2020


Capitulo cincuenta y nueve de:
Un pensionista autocaravanista confinado en casa.
Regresando de Noruega con la nieta y su perrita Nuca.

En el capitulo anterior expliquemos los cuatro días de instancia que tuvimos en Narvik a causa de una avería de la Camper, pero que los disfrutemos al máximo todo y una parada obligada. Todos los que viajamos sabemos que este riesgo forma parte de aquellas cosas que nos pueden pasar, pero que no son controlables por nuestra parte, como tampoco lo son aquellas casos que derivan con accidente, los que salimos a la carretera siempre estamos expuestos a estos infortunios, y que gracias a Dios no hemos tenido nunca algo serio.  

Pero vamos a explicar el viaje de regreso. Salimos de Narvik con la intención de llegar a Romaniemi, el pueblo del Papanoel, pero como dije la nieta tenía prisa por llegar temprano para disfrutar de las fiestas del pueblo con sus amigos y con esas prisas y con el anhelo de llegar a casa de la abuela, me puse en serio hacer km pasando por demasiadas autopistas de pago.

Bajemos por la carretera E10 que nos llevaría hasta la costa del Golfo de Botnia, pero antes tengo que decir que la travesía por esta carreta no fue muy agradable por el estado que estaba su piso. Encontré muchos km sin asfalto a causa de las obras que estaban haciendo pero para empeorar la marcha el suelo lleno de machaca del número cinco, eso significa que eran piedras, y con el riesgo que esto comportaba de un reventón en alguna rueda.

Tuvimos suerte y después de casi una hora por en medio de bosques de carretera sin piso de asfalto nos quedemos am pernoctar en Kiruna. Un pueblo que como cosa a destacar, su iglesia de madera pero no la visitemos. En este camino de regreso solo hicimos dos paradas importantes para visitar las ciudades de Estocolmo en Suecia y Berlin en Alemania.

Las paradas de pernocta del camino de regreso las mas a destacar fueron en Luleá ya en la costa y en Umea, por lo poco que pude ver des de estas visitas culturales des de la AC pude comprender que eran ciudades tranquilas con grandes calles peatonales para pasear y admirar. Algún día tengo que volver.

La otra parada importante la de Estocolmo me gusto mucho el ambiente y sus vistas de su parte portuaria y sus edificios, era la segunda vez que la visitaba y ya tenía tomada la dirección de donde podíamos dejar la AC lo más cerca del centro posible.

La visita a Berlín también era la segunda vez que la visitaba y esta vez lo hice mejor que la primera, me refiero al aparcar nuestra AC, la pudimos dejar al lado mismo de la Puerta de Brandemburgo que es el monumento más identificador de esta gran ciudad.

En este regreso me extiendo poco ya que lo que me apetecía explicar era nuestro viaje a Noruega y eso creo que lo he cumplido con detalles muy significativos que a muchos viajeros espero que les sirva en su viaje.

Sin más cierro este viaje, para explicar otro de muchos que hemos hecho en estos once años de esta manera de viajar, pero esto será en otro capítulo y otro día.

Jordi Coch. 22-05-2020. Vilanova i la Geltrú.













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