Capitulo treinta y siete de:
Un pensionista autocaravanista
confinado en casa.
Tercera parte del viaje a la cornisa cantábrica.
Hoy Lagos de Covadonga.
En el capitulo anterior salíamos de visitar el nacimiento del
Rio Ebro en Reinosa, para seguir ruta hacia otro lugar el cual hacía muchos
años que lo visitemos, quizás más de cuarenta, era los Lagos de Covadonga y su
entorno.
Pero antes hicimos alguna visita más y fuimos a Potes, un
pueblo encantador lleno de vida el cual sirve de campamento base para visitar
todos los Picos de Europa. Tengo que decir una cuestión previa. Para llegar
hacia esta parte de la geografía del sitio donde estábamos hay que dar una
vuelta muy considerable, ya que no tenemos una carretera trasversal sino que
tienes que subir hacia arriba por la CA-280, hasta Puentenansa, seguir planeando por la CA-282 y llegar a la N-621 y bajar
hacia Potes.
Esta vuelta bastante larga hay que aprovecharla para admirar
la belleza que nos da la naturaleza de esta parte de España, como el desfiladero
de la ermita, entre Asturias y Cantabria, un precioso cañón con su Rio alegre y
caudaloso especial para escaladores.
En potes tenemos un parquin que no es área, y es en las
coordenadas: N 43.15532, W 4. 61883 Es un lugar casi no apto para autocaravanas
por su pendiente tan pronunciada, pero si estas de suerte en la parte de la
entrada está bastante llano pero solo para unas diez o doce plazas y es el
sitio más cerca y céntrico del casco antiguo del municipio, está al lado de un
supermercado el cual también va bien para suministrase.
Después de pasera por este municipio y de una cena en un una
terraza preciosa dimos por terminado el día. A la mañana siguiente pusimos
rumbo hacia Covadonga, lleguemos al lugar y no fue muy difícil poder aparcar ya
que era ya tarde y la gente del día ya se iba marchando del lugar. Después de
dar una vuelta de reconocimiento nos que demos en el último aparcamiento, ya
que según vas subiendo hay diferentes parquin enumerados asta el cuatro,
nosotros nos quedemos en el primero según bajas del Monasterio donde cada
parquin hay una parada de bus que hacen viajes constantes des de Cangas de Onís
hasta el cruce de la carretera que sube a los Lagos, en este aparcamiento pasaríamos
la noche y el día siguiente.
Después de informarnos de cómo visitar los lagos y el transporte
a tomar para no subir con la AC nos fuimos a descansar para coger fuerzas para
el día siguiente. La manera más cómoda de visitar los Lagos para nosotros fue:
dejar la AC bien aparcada en el aparcamiento muy llano con hierba muy tranquilo
y por la mañana temprano coger el bus hasta los lagos ya que la carretera se
las trae, de estrecha, curvas y repechones. Decir que si se puede subir con AC
y también puedes pernoctar arriba en los Lagos pero tienes que subir antes de
las ocho de la mañana o después de las ocho de la tarde, durante el día los vehículos
particulares tienen prohibido la circulación, en este horario es para los
autobuses lanzaderas.
Pasemos casi todo el día haciendo el recorrido por las
montañas gravando haciendo fotos etc. Almorcemos en el chiringuito que hay
situado delante de donde está uno de los lagos, con un caos impresionante por
la masificación de gente, cosa que yo critico, no es bueno la masificación de
personas en los parques naturales, pero….. es lo que hay,
Aquel día no comimos a la hora, comimos a media tarde cuando bajemos
de los Lagos, y después de visitar el monasterio de la Virgen para pedirle protección
en nuestros viajes, bajemos hacia el parquin. Delante del parquin mismo donde
en la rotonda de la carretera hay un restaurante donde ya tarde había poca
gente y decidimos comer, eran casi las cuatro de la tarde.
Pedimos una fabada y en estos lugares te ponen la cazuela en
el medio de la mesa para que puedas repetir si te apetece, y repetí, aun que después
me hizo efecto y maldije la fabada.
Ya por la tarde nos dirigimos hacia Cangas de Onís, pero esto será otro capítulo de otra historia de otro sitio.
Jordi Coch 30-04-2020.