Capitulo sexto de:

Un pensionista autocaravanista confinado. 12 días recluido.

En el capitulo anterior termine en Austria para recorrer todos sus valles, pueblos y montañas, hoy no me apetece escribir sobre nuestros viajes, todo y  hacer un día soleado me siento triste y  decaído.

Me paro a pensar delante del ordenador para plasmar mi artículo diario y no sé cómo empezar, hoy tengo la sensación de que poner negro sobre blanco y explicar un viaje maravilloso de Austria me va hacer daño, para explicar cualquier viaje tienes que estar ilusionado si no esto se nota en la escritura.

Pienso en aquellos que no tienen los mismos privilegios que tengo yo, todo y mi confinamiento, y como de duro tiene que ser al tener que estar apartado de cualquier ser querido, solo, encerrado, en cuatro paredes, con mas limitaciones de las que tenemos nosotros actualmente.

Mas o menos muchos tenemos y vivimos con una persona al lado a la que hablar y discutir, también tenemos la libertad de llamar por teléfono o bien enviar un wassap y hacer una video llamada a cualquier hora del día, esto también es una libertad que los confinados tenemos que los privados de libertad no tienen. 

Puede que también tenga la culpa mi estado de ánimo al ser viernes y un día de Sol  radiante y tener que estar encerrado en casa, cuando uno estaba acostumbrado a preparar la bolsa con algo de ropa, llegar a la AC y salir pintando del hogar enclavado a un hogar con movilidad total, sin importar el lugar, la dirección a tomar, solo importaba salir. Hoy ya no es así, y me pregunto, ¿Cuándo volverá a ser como antes? 

No tengo respuesta.

Tampoco no ayuda nada a mantener una mente que hace años es totalmente libre, como tampoco es muy alentador que te bombardeen cada minuto del día con datos de personas muertas, con personas hospitalizadas, con  el ejercito en la calle, que ponen más camas en lugares impensables, ruedas de prensa con hombres con medallas hasta los dientes, proclamas de reyes, ministros, presidentes, que nos alientan a estar encarcelados voluntariamente en nuestra casa.

Me viene a la memoria cuando no hace ni un mes todos los ámbitos sociales y políticos nos alentaban a pedir más libertad, más bien estar para las personas y los más vulnerables, ahora escogemos quien tiene que vivir o no. Hace poco la celebración del día de la mujer, 8de marzo, de este 2020, por la rambla un sinfín de mujeres y algún hombre gritando por la libertad y la no agresión, y tres semanas después todo, todo se da la vuelta como si fuera un calcetín.

Hemos llegado a la reclusión total, incluso con amenazas de cárcel, multas, detenciones, y miedos televisados para que aquel ser humano que tantos años alentábamos que pidiera libertad, ahora le enviamos el ejército y le  decimos que se quede en casa. Maldita contrariedad.

Nadie sabe ni cómo empezó ni el porqué de todo este maldito sueño, y si algunos lo saben, que seguro que los hay, esta vez lo han hecho muy bien y en secreto. Personalmente tengo mi teoría, pero esto será en otro capítulo.

Jordi Coch.

27-03-2020.